En 1886 se comenzó a construir el Teatro Apolo por encargo de la familia Podesta, ubicado en Corrientes 1372/1388. Cuando Buenos Aires ya contaba con unas diez salas de teatro, sobre la calle Corrientes –que entonces era angosta- planeado con una platea de veinte filas más 72 palcos.
La construcción demoró bastante tiempo y recién pudo ser inaugurado el 21 de marzo de 1892.
En 1958 el Teatro Apolo, que estaba cerrado y próximo a ser demolido para construir un edificio de oficinas y una galería comercial en la planta baja. Que fialmente se termian en 1966.
La comunidad teatral se movilizó con peticiones, protestas y marchas con la presencia y acción de toda la comunidad teatral.
Del entonces presidente Arturo Frondizi obtuvieron la promesa de una solución, que se concretó en 1959 con la ley "14.800" que estableció que, en caso de demolición de salas teatrales, el propietario debe construir en el nuevo edificio, un ambiente teatral de características similares a la sala demolida. Esta disposición fue, más allá del caso puntual que la inspirara, un aporte fundamental para el teatro argentino. La norma fue cumplida y el nuevo edificio contó con una sala teatral que fue comprada en 1966 por la compañía "Nuevo Teatro", que termina de equiparlo y se propone trabajar como cooperativa de trabajo en el "Nuevo Teatro Apolo", En la década de 1970, sin embargo, sus problemas económicos obligan a la cooperativa a venderlo y lo adquiere Alberto Knipis, convertido en el Cine Lorange, pasa por varios dueños. Posteriormente es adquirido por Carlos Rottemberg donde la sala vuelve a exhibir espectáculos teatrales. En 2008 es adquirido Isabel Majdalani, que impulsa el resurgimiento del teatro, rebautizado con su antiguo nombre, El 27 de julio de 2009 se re inauguró el Teatro Apolo.
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