viernes, 9 de noviembre de 2012

1871 Teatro De la Opera, Cine Teatro Opera, Teatro Opera


El proyecto original de este teatro, fue del arquitecto francés Emile Landois, que utilizo unos viejos planos, que el mismo, había dibujado para el viejo teatro Colon, los había dejado en el olvido por muchos años y los desempolvo por encargo del empresario de Antonio Pestalardo. Fue inaugurado el 25 de mayo de 1872. las obras se comenzaron a ejecutar en el año la fiebre amarilla, estos acontecimientos sumado a que se clausuro el puero de la ciudad genero problemas con la llegada de los elementos constructivos que llegaban de Europa, tambien costaba mucho conseguir obreros y los que se conseguían, tenían muchas dificultades, ya que todos tenían muertos en sus familias, la moral de la gente, por esos años estaba diezmada.  Este nuevo teatro apareció, en un nuevo eje de la ciudad, en la calle Corrientes 860 (angosta y alejada del centro) , entre Suipacha y Esmeralda, en un predio que anteriormente era una caballeriza y estacionamiento de carruajes, el solar era propiedad de Carmen



























Diaz Vélez de Cano (mare del socio de Pestalardo), por esos años, Corrientes todavía no era la calle de los teatros. Pero su aparición en escena, compitiendo en programación con el "viejo teatro Colon" hizo tambalear la programación de este ultimo.  Luego de la clausura del recinto de la Plaza de Mayo, el de "La Opera" ocupo un lugar relevante en la escena porteña, siendo el principal teatro de opera de la ciudad. La expresión arquitectónica del edificio estaba planteada como una sala con forma de herradura con mediano volumen, en una superficie de 2500 m2 de terreno. Con una fachada italianizante, que se retiraba con respecto a la línea municipal, generando un pequeño atrio sin marquesina, adornado por faroles de hierro y con cinco portones de madera que conducían al foyer. presidida por cuatro columnas de doble altura con capiteles corintios, con arcos de medio punto en los vanos, rematada por frontispicio griego. La fisonomía del primitivo teatro de La Opera no estaba exenta de novedades para la época, una de las mas salientes era la presencia de "antepalcos" en la sala. lo cual llevo a decir a los cronistas de la época "
cada palco posee gabinetes para depositar abrigos y sombreros
"(periodico el Nacional), esta novedad no solo proporcionaba a los habitantes de los palcos la posibilidad de colgar sus abrigos, en los fríos inviernos, también les daba cierta intimidad y resguardo. Otra de las inovaciones tecnológicas que presentaba fue la iluminacion de gas tanto en sala como en el escenario, que se producía en un gasometro ubicado en el subsuelo, ya que en la época todavia Buenos Aires no  contaba con red publica de gas.
El 16 de Mayo de 1889 el empresario Roberto Cano y su nuevo socio Rufino Varela, en ese entonces a cargo de la sala, porque Pestalardo, había decidido retirase y aprovechando el cierre del viejo teatro Colon, re inaugura la remodelación y puesta a punto con la mejor tecnología de la época, eso incluía una instalación de luz electrica, con generación propia (no había en aquel entonces red electrica publica), cabe destacar que fue el primer teatro en Sudamérica que contó con esa tecnología. Estas obras fueron encargadas a Julio Dromal que lo convirtió en el mas lujoso de la época. Tanto en lo exterior como en lo interior el edificio adquirió  un estilo que podría decirse francés, y en lo que se refiere a la fachada, modalidad "
fin de siecle o Beaux Arts". Esta nueva fachada que desechó el atrio del edificio original, llegando hasta la línea municipal. Se trató de un frente mucho más recargado que el anterior y con molduras muy elaboradas y abundantes texturas trabajadas en columnas y superficies. El remate del edificio incluía una estatua que jerarquizaba la entrada principal. En el foyer del teatro, continuaba la opulencia con la recargada decoración que se lucía tanto en el elaborado artesonado del cielo raso, como en las molduras y papeles tapices de los muros y los cerámicos de los pisos. Intrincadas arañas de hierro iluminaban todo el vestíbulo, que poseía numerosas sillas de madera individuales con pana roja, en juego con los cortinados en todas las aberturas. La sala era un característico teatro a la italiana, con cinco bandejas de palcos, una inmensa araña de luz y una cúpula adornada con un mural alegórico.
Fue el teatro con la programación mas esplendorosa de la ciudad, hasta la aparición del nuevo teatro Colon, como todos lo llamaban en aquellos días. sobrevivió unos años mas, pero la programación de operas lentamente se mudo al nuevo teatro y este comenzó a languidecer. 
El cierre de este teatro ocurriría años mas tarde y fue demolido en 1935 y el solar fue vendido para la posterior construcción de un edificio cinematográfico, del antiguo teatro. El nuevo, solo heredo el nombre.
En el año 1936 y ante el inminente ensanche de la calle Corrientes, aunque las demolicones se hacian sobre la vereda norte.  No se debía demoler la fachada para adecuarla a la nueva linea municipal. Es  en este momento donde Cano decide vender el predio y el edificio que pasan a manos del empresario  cinematografico Clemente Lococo aprovecha la oportunidad. Convoca al arquitecto belga Alberto Bourdon para que lleve a cabo la construcción del nuevo cinematógrafo, el mas grande de la ciudad, por aquellos años, sobre el baldío donde estaba asentado el viejo teatro, donde perdió todo los atributos originales, e incluso su escenario, se convirtió en un "cine teatro" con el aspecto que lo conocemos hoy. Siguiendo a rajatabla los cánones de la recientemente aparecida arquitectura cinematográfica. Contaba con refrigeracion y  calefacción, nursery y cabinas de telefonos publicos en todos los niveles,  en el subsuelo un microcine para exhibiciones provadas, el Petit Opera. La sala contaba con un foso de orquesta descenedente con maquinaria hidraulica, para poder albergar espactaculos de veriedades. La fachada es característica "Art déco" (inspirada en el cine Rex de Paris), su capacidad fue aumentada a 2500 personas. Se coloco una pantalla de cine de grandes dimensiones.
El tercer Teatro Ópera es probablemente una de las mejores exponentes de arquitectura «Déco» en la ciudad a pesar de su carácter tardío, ya que hacia el momento de su construcción, ese estilo ya había dejado de ser vanguardia. Su fachada es imponente, luciendo un volumen central de líneas curvas con columnas y numerosas ventanas alargadas y escalonadas que permitian vislumbrar el interior, rematadas, en una torre telescópica totalmente reconocible que da identidad al edificio. En sus laterales, el frente está revestido en granito negro, y también luce dos franjas revestidas en trozos de vidrio dibujando patrones semicirculares concéntricos muy característicos de esa decoración. La marquesina es otro elemento de gran importancia en esta fachada, ya que de noche tres grandes lámparas de garganta circulares iluminan la vereda.
Dentro del teatro, el vestíbulo es otro espacio impactante, no se ahorró en materiales a la hora del diseño. Dos escaleras imperiales se recuestan sobre las medianeras del edificio, conduciendo a los foyers que corresponden al mezzanine bajo y alto (en argentina: pullman y súper pullman), con barandas de sección circular de hierro cromado (material muy utilizado en el«Art déco») y copones de bronce en sus extremos, mientras todos los muros están revestidos en granito negro y los pisos lucen dibujos realizados en distintos tipos de mármol de colores. Las losas de los entrepisos dibujan con su contorno una sucesión de semicírculos que hacen juego con la gran lámpara de garganta que ilumina el vestíbulo.
La sala del Teatro Ópera, se alejó totalmente del típico teatro a la italiana, que era el antiguo edificio, para transformarse en un cine-teatro moderno al estilo de los grandes cines de Nueva York. Lo más notable del recinto era su decoración: el techo de la sala simulaba un cielo nocturno estrellado que se iluminaba antes de las funciones, los muros laterales de la sala estaban  decorados que simulaban una ciudad, con balcones, escaleras, cúpulas y ventanas.






En 1997 el edificio fue vendido a Daniel Grinbank y encargo a los arquitectos Gloria Roberts y Ricardo Gilardi la nueva reforma del escenario y la sala, para albergar producciones de grandes musicales de Broadway, ya que por su característica de "Cine-Teatro" como se llama a este tipo de edificio en Argentina, los escenarios están proporcionados solo para albergar una pantalla de grandes dimensiones y su vestidura de pana, A partir de esta remodelación se perdió para siempre una de las maravillas del interior de su sala: el cielorraso que simulaba un cielo estrellado  y parte de la ornamentación de los laterales de la sala, se redujo a 1800 localidades, dado que se aumento la profundidad del escenario (el Opera de Bourbon tenia 6 metros, y el actual tiene 14 metros de profundidad) y un gran desarrollo de maquinaria escénica para albergar grandes producciones.
1936 Opera Av. Corrientes 860
2500 localidades
















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