"El teatro tenía salida a la avenida Rivadavia y Pichincha, porque la propiedad tenía forma de ele. En la parte de Rivadavia se realizó hace más de quince años un edificio de veinte pisos. De ahí se hizo un consorcio y se dividió el lugar en dos propiedades, y lo que propiamente era el teatro lo compró una persona para hacer un estacionamiento. Dada la ley 14.800, que indica que donde un hubo un teatro tiene que haber otro, el estacionamiento fue clausurado dos veces. Solamente se pueden poner actividades que sean de interés cultural como bibliotecas, fundaciones o iglesias -explica-. Así entramos nosotros y hace once años que estamos funcionando de forma legal". Según lo dicho, no hay posibilidades de que en un futuro cercano vuelva a funcionar un teatro en lo que fue, ya hace demasiados años, el Discépolo".
la nación 20 02 20202 Juan Pablo Bonino
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