lunes, 11 de diciembre de 2023

Estrellas

Teatro Estrellas ubicado en Riobamba 280-292, Posteriomente denominado Complejo Estrellas.
Fue sede del diario Cronica tambien del canal de noticias Cronica TV, bajo la denominacion de Estrellas Producciones, su prietario fue Hector Ricardo Garcia.
Actualmente desocupado.

La foto aparece en el Diario Cronica de esa fecha (14-02-1964) con el siguiente título: " Este es el frente de nuestro hogar". Fuente, Revista Todo es Historia , Nº 70, pag. 71 ,Julio de 2003.

sábado, 17 de junio de 2023

1917 L' Hippodrome

L' Hippodrome Circus fue un espacio de representación creado por Frank Brown, el famoso payaso ingles, que podriamos describir como un politeama, aunque la autora donde conseguí el dato lo denomina teatro-circo.
Estaba ubicado exactamente en la esquina sudoeste de Corrientes 1002 y Carlos Pellegrini, en los terrenos que su usaron para luego construir el obelisco. Fue inagurado el 5 de mayo de 1917 y fue demolido en 1924 año que se empezo a definir el trazado de la avenida 9 de Julio, se empezo a pergreñar la continuacion de la Daigonal Norte y la n inexistente plaza de la Republica.
Caras y Careats Marzo de 1924.
* Historia del circo en Buenos Aires, de los volatineros a la formación universitaria, Laura Mogliani 2016.




 

sábado, 20 de mayo de 2023

4 1808 El Sol

Teatro del Sol, inaugurado el 4 de Abril de 1808, sabemos que sucedio al teatro de Operetas y Comedias. Aparece mencionado en el libro los "Productores".

Seria el cuarto teatro en orden cronológico que tuvo la aldea de Buenos Aires, un teatro de precaria construccion y muy efimera existencia. Se ubicaba en un hueco sobre la actual calle Reconquista antes de llegar a Lavalle, contiguo a otro solar que formando esquina ostentaba un reloj de sol en su fachada, de ahi el nombre del teatro y que la zona se conociera como la zona del "relox". Su propietario  Jose Cortes alias el "romano" autodenominado volatinero y maquinista. Ademas de los espectáculos convencionales, programaba espectaculos de sombras chinescas auxiliado por una linterna mágica. La sala tuvo una exsitencia dudosa trascendencia, cierra luego de las invasiones inglesas a mediados de 1809 luego de una clausura por parte del cabildo, no se tienen mas noticias de este teatro.

Segun consta en diversas fuentes  Jose Cortez solicitó y logró el permiso al virrey Sobremonte para instalar un teatro. Para hacerlo, tuvo que enfrentar conflictos con las autoridades municipales, que se iniciaron porque Cortés difundió la inauguración del teatro el 25 de febrero de 1808, antes de que el Cabildo aprobase la construcción, lo que esta institución consideró un desacato a su autoridad, por lo que intentó que esta apertura no tuviera lugar. Para esto, el Síndico Procurador de la Ciudad presentó un informe redactado por Mariano Moreno del 24/2/08, en el que estipulaba "que no pudo inventarse teatro más indecente para una capital como la de Buenos Aires, y que será imposible precaver en las diversiones que se anuncian, los desórdenes y males que deben desterrarse de los espectáculos y concursos festivos de un pueblo civilizado (...) como estos espectáculos y teatros son al mismo tiempo un medio y una prueba de civilización del país en que se ejecuten, un teatro despreciable por la ridiculez de sus decoraciones o por la poca inteligencia de sus actores, haría formar muy baja ideal del pueblo que concurriera a él, y desvanecidos los alicientes a que están vinculadas las ventajas de estas diversiones, quedarían (éstas) reducidas a una estafa pública, que en ningún caso debe tolerarse. Esta ciudad reúne a las consideraciones generales motivos particulares, para que se fomenten las diversiones capaces de aliviar la consternación y amargura que ha sufrido tanto tiempo su vecindario; pero es preciso conservar en todos los actos públicos el elevado carácter de este distinguido pueblo; y el lugar que Cortés prepara a su concurrencia es indecente, aun para una aldea sin civilización ni cultura". 

"El extranjero que pisa nuestro suelo con el respeto que inunden a los demás pueblos las acciones del nuestro, formará un concepto despreciable al ver que se fomente un teatro público de cañas partidas, palmas unidas con guescas, y divisiones de cuero apolillados, sin techo alguno, en que han de sufrir los espectadores la intemperie de la noche, la lluvia si la hubiere, y la humedad del piso, que durará por mucho tiempo con una sola vez que haya llovido".

"A estos inconvenientes se agregan los males y desórdenes que por la formación de este teatro será imposible evitar; la dificultad de iluminarlo bastantemente, la incomodidad de los apartamentos, la estrechez y obscuridad de los tránsitos; todo esto conducirá a la confusa mezcla de ambos sexos, capaz de producir fatales consecuencias. Tampoco se ha construído con las seguridades convenientes a esta clase de casas, pues aún cuando se consideran bastante firmes los tablados, la mala distribución de materiales combustibles y fácilmente inflamables, de que se compone, amenaza un incendio, que será imposible contener ni evitar desgracias, por no haberse tomado la precaución de colocar las puertas en términos que se abriesen para afuera, según se halla ordenado para toda casa de concurso público".

Torre Revello acerca esta descripción del teatro: “No pu­do in­ven­tar­se tea­tro mas in­de­cen­te –di­ce– pa­ra una Ca­pi­tal co­mo la de Bue­nos Ay­res”. [El co­rral, co­mo le de­cía Cor­tés, quien en otro mo­men­to lo lla­ma­ba am­pu­lo­sa­men­te Co­li­seo Pro­vi­sio­nal, es­ta­ba] “for­ma­do de Ca­ñas par­ti­das, pal­mas uni­das con guas­cas (lon­jas de cue­ro) y di­vi­sio­nes de Cue­ros apo­li­lla­dos, sin te­cho al­gu­no, y en que han de su­frir los es­pec­ta­do­res la in­tem­pe­rie de la no­che, la llu­via si la hu­bie­se y la hu­me­dad del pi­so­”.[Des­ta­ca más ade­lan­te el in­for­me del sín­di­co] la di­fi­cul­tad de ilu­mi­nar­lo bas­tan­tem­te la in­co­mo­di­dad de los apar­ta­mien­tos, la es­tre­ches y obs­cu­ri­dad de los tran­ci­tos… aun quan­do se con­si­de­ren bas­tan­te fir­mes los ta­bla­dos­.(…). Los de­fec­tos de es­ta Ca­sa pro­vi­sio­nal –agre­ga so­bre el fi­nal– na­cen los unos de la mes­quin­dad con que se há pro­ce­di­do en los gas­tos de su cons­truc­ción, y los otros de la ma­la di­rec­ción…”

Al­fre­do Tau­llard des­cri­be su es­ce­na­rio: “Con­sis­tía en un pe­que­ño ta­bla­do de ma­de­ra, asen­ta­do so­bre pi­po­nes va­cíos, se­pa­ra­do del pú­bli­co por un lien­zo gro­tes­ca­men­te pin­ta­do que ha­cía las ve­ces de te­lón de bo­ca que en vez de su­bir ba­ja­ba, que­dan­do en el sue­lo mien­tras se re­pre­sen­ta­ba”.